Hay personas que fueron educadas en amor condicionado: te quiero si eres así, y sólo si eres, piensas y actúas así.

Es muy corriente que esas personas acumulen objetos, guarden centenares de pequeñas cosas (especialmente de cuando sus hijos eran pequeños y experimentaron amor incondicional hacia alguien).

Frente a ese amor limitado, está el AMOR INCONDICIONAL: TE quiero porque te quiero, no hay un por qué,

TE QUIERO POR SER QUIEN ERES

TE QUIERO POR SER, precisamente, COMO ERES (como el Universo quiso individualizarse como milagro, de forma irrepetible, en tí… 🙂 )

Pero el automatismo de quienes recibieron (y luego dieron) un tipo de amor CONDICIONADO, se les quedó grabado en su cuerpo, y no se fían de haber sentido amor incondicional…. De ahí que guarden, guarden, guarden… De ahí que acumulen cosas que les recuerden a experiencias de amor incondicional…. y que desprenderse sea un horror…

¿Me resuena por dentro un poco? No te preocupes! porque ¡de eso se sale! Darme cuenta es el primer paso, y asumir mi exclusiva responsabilidad para superarlo, el segundo…

¿Qué quiero hacer con ello? ¿¡Atreverme a soltar y vivir el vacío!?

Me deseo, pues:

• VALOR para tirar!
• VALOR para soltar!
• y VALOR para sentir la alegría del vacío! 😀